Noir Shore City, la gran manzana. El velo de la noche cae y las luces la hacen brillar como diamantes, convirtiendola en "la ciudad de la luz", incomparable con Paris. La gente camina de un punto a otro, buscando diversión. mientras unos cierran sus negocios, otros los abren. Es otra noche en el bullicioso barrio de Saint Rose, en donde la bohemia daba rienda suelta a todo.
Bajaba caminando por la Fleetwood y la 94 para llegar al Club Carousel, para visitar a Angel, cuando de la nada vi correr a dos sujetos como si hubieran visto al diablo en persona (he visto al diablo antes, pero no como para que causara dicha reacción)... Salieron corriendo del Zanzíbar, el local de Sidney y llevaban un paquete... pensé que solo se trataba de un par de ladrones de poca monta robando lo recaudado de la caja, pero en realidad, era algo más que eso.
Bajaba caminando por la Fleetwood y la 94 para llegar al Club Carousel, para visitar a Angel, cuando de la nada vi correr a dos sujetos como si hubieran visto al diablo en persona (he visto al diablo antes, pero no como para que causara dicha reacción)... Salieron corriendo del Zanzíbar, el local de Sidney y llevaban un paquete... pensé que solo se trataba de un par de ladrones de poca monta robando lo recaudado de la caja, pero en realidad, era algo más que eso.
Crucé la calle, en dirección al Zanzibar y me encontré con la sorpresa de que Sidney yacía en el suelo, herido de muerte, una certera puñalada en el estómago. Tomé el teléfono y llamé a la ambulancia, mientras este no paraba de regurgitar sangre.
- J... J... Joe
- Calmate Albert, la ayuda viene en camino
- J... Joe - continuó Sidney - Debes detener a Gallard... ese tipo... anda... tras... tus pasos
- Aguanta, amigo - respondí haciendo presión en su herida - ya viene la ayuda
- El... ya... sabe... que... - Sidney balbuceaba mientras me sujetaba la mano
- ¿Que sabe qué?
- El... Sabe...
Para cuando llegó la ambulancia, Sidney ya había dejado este mundo y yo quedé atrapado en una encrucijada. Cuando llegó la Policía, me encontró a solas con él. Ante ellos, quedé como el principal sospechoso. Me llevaron a la comisaría y me tomaron la declaración. Aún a pesar de declararme inocente, el Alguacil Wallace prefirió encerrarme en la celda. Mas tarde, aparecieron Valery y Frank, mi amigo a verme a la celda.
- Joe, Amigo... ¿como rayos terminaste en esto?
- Fue una trampa - respondí mirando a Valery - y creo que Valery debe tener una respuesta para eso... ¿o no?
Valery nos miraba de manera compungida... Al rato después, salí de la comisaría bajo fianza, pues Frank y Valery se las arreglaron para pagarla. Pero al salir, no estaban los dos.
Caminé de regreso a mi oficina. Al entrar, encontré que la puerta estaba entreabierta y vi a alguien en mi despacho, mirando por la ventana. Saqué mi arma y se volteó... Mi cara se llenó de espanto, la pesadilla estaba lejos de terminar.
- ¿Louie?
- ¡Joe, amigo! - Chandler exclamó - ¡amigo mío!
-¿Que demonios haces aquí? - lo increpé - ¡Se supone que no deberías volver por acá!
- Joe, lo siento - respondió mientras - Indonesia ya no es el mismo lugar... mucha corrupción, ya le pusieron un precio a mi cabeza.
- Mierda...de todos los lugares ¿tienes que venir aquí?
- No tengo a nadie en quien confiar en esta ciudad, Joe... - respondió Chandler - a nadie, excepto tu
- Fue una trampa - respondí mirando a Valery - y creo que Valery debe tener una respuesta para eso... ¿o no?
Valery nos miraba de manera compungida... Al rato después, salí de la comisaría bajo fianza, pues Frank y Valery se las arreglaron para pagarla. Pero al salir, no estaban los dos.
Caminé de regreso a mi oficina. Al entrar, encontré que la puerta estaba entreabierta y vi a alguien en mi despacho, mirando por la ventana. Saqué mi arma y se volteó... Mi cara se llenó de espanto, la pesadilla estaba lejos de terminar.
- ¿Louie?
- ¡Joe, amigo! - Chandler exclamó - ¡amigo mío!
-¿Que demonios haces aquí? - lo increpé - ¡Se supone que no deberías volver por acá!
- Joe, lo siento - respondió mientras - Indonesia ya no es el mismo lugar... mucha corrupción, ya le pusieron un precio a mi cabeza.
- Mierda...de todos los lugares ¿tienes que venir aquí?
- No tengo a nadie en quien confiar en esta ciudad, Joe... - respondió Chandler - a nadie, excepto tu
- ¿Sabes que si Gallard se entera que estás acá, le pondra precio a nuestras cabezas? - pregunté
- No, Joe - respondió - Pero vengo más decidido a enfrentarlo
- ¿Crees tu? Sabes que si asomas la nariz en esta ciudad, seremos hombres muertos
- En Indonesia también hay un precio por mi cabeza - me explicó - Por eso, regresé. Con todo lo que gané allá, tengo el dinero suficiente para comprarle la compañía completa a esa sabandija y sacarlo del negocio
- ¡Maldita sea, Louie! - le interrumpí - no seas estúpido. Toma, ve a esta dirección y habla con Roger. El te mantendrá oculto hasta que esto se aclare o podamos sacarte de la ciudad.
- Joe...
- Ve rápido que aquí no es seguro - le dije y lo llevé a la salida cuando el mal llegó a mi puerta...
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