miércoles, 6 de junio de 2018

No Hay Lugar para el Olvido - Capitulo XI


Necesitaba pensar en algo más... Algo no cuadraba con este puzzle... Charlotte seguía dando vueltas en mi cabeza mientras buscaba en los archivadores que sobrevivieron al desastre. Charlotte, Charlotte, Charlotte... ¿que demonios tramas?.

Me eché otro trago, cerré la puerta y me eché a dormir un rato... los ojos cerrados y la radio que a pesar de que estaba rota, seguía sonando... Jazz... el sonido relajante del Jazz mezclado con la lluvia que comenzó a caer sobre la ciudad... cuando de pronto, la puerta se abrió de golpe, me desperté de repente y lo primero que agarré fue mi .45 y disparé... 

- ¡Señor Joe! - exclamó
- ¿Señora Greenstreet?
- ¡Dios mío, por poco y me mata! - respondió mientras se acercaba a mi escritorio - ¿Otra vez borracho? Por el amor de Dios, deje ese vicio que lo está matando
- Hay algo más que me está matando, Señora Greenstreet - dije mientras llenaba el vaso -  este vaso de licor es inofensivo al lado de eso.
- Señor Joe - dijo Greenstreet mientras me quitaba el vaso y la botella - usted no aprende. Creo que ya hablamos de eso en más de alguna ocasión. Ella no va a volver por usted. si ella lo dejó, tuvo sus razones para hacerlo... 
- No lo digo por Alma, Señora Greenstreet - dije casi llorando - o por ninguna otra de las mujeres que han pasado por esa puerta...
- ¿Lo dice por la chica de la otra vez? - preguntó con tono curioso - le escuche su nombre mientras dormía ... Charlotte
- Ella, precisamente

La Sra. Greenstreet, aparte de ser la dueña y administradora del único edificio decente en toda la cuadra de Lemon Lake Street, ha sido una muy buena amiga y confidente. En los años que llevo viviendo en ese apartamento, ella me ha llevado la vida entera: Sabe quien entra, quien sale, con quien salgo, con quien no y un largo etcétera. Confío en ella y muchas veces tiene la razón, así que decidí contarle mi parte de la historia...

- Creo que Ud. debe enfrentar de una buena vez sus demonios - me aconsejó antes de irse - o se los come, o ellos se lo comen a Ud. 

Había pasado unos momentos cuando Charlotte llegó a mi puerta. En su mano, portaba una S&W .38 special de 5 tiros. Sus ojos brillaban, pero su mano temblaba. Ella venía por mí, dispuesta a todo, iba con la clara intención de sacarme la información como sea... pero su corazón le traicionó.

Cuando me enfrentó, yo también le apunté, a la cabeza, como suelo hacerlo... le apunté sin que me temblara la mano, era ella o yo. Sus ojos me miraron suplicantes, una lágrima brotó de ellos, delineando un trazo negro mientras rodaba por su cara. Finalmente bajé mi arma, tomé su mano y le permití que me apuntara justo sobre el corazón... 

Su mirada pasó del odio al espanto, el miedo y el dolor se apoderaron de ella. La mirada fría e inmisericorde pasó a una de tristeza, el conflicto en su interior era demasiado fuerte, que al final la hizo desistir. Como no pudo disparar, le quité el arma de su mano temblorosa, para guardarlo en mi abrigo, no sin antes quitarle la munición y arrojarla al papelero unos metros más allá.
- Joe
- Charlotte
- No puedo lidiar con esto - dijo llorando - ¡No puedo hacerlo!
- ¿A que viniste realmente? - le pregunté
- Joe, vine a matarte - dijo Charlotte - no es nada personal... solo negocios.
- ¿Gallard te ordenó?
- Si... - continuó secandose las lágrimas
- Maldito bastardo - dije - el muy maldito no quiere ensuciarse las manos así que manda a alguien como tú para hacerlo ¿verdad?
- pero no quiero hacerlo - continuó - algo en mí me dice eso
- Lo sé, Charlotte... lo sé - dije mientras mi mano se posaba suavemente en su hombro. Despues la abracé, mientras me miraba con sus ojos llenos de lágrimas acentuando ese brillo en ellos. Estaba demacrada y con una señal de que no durmió en días. 

- ¡Te odio, Joe! - me decía mientras me golpeaba el pecho - ¿Por qué rayos te amé tanto? ¿Por qué rayos te amo ahora?
- El sentimiento es mutuo, Charlotte - le respondí mientras le tomaba la cara con mis manos - Ha pasado mucho tiempo desde aquél día en St. Mary's y... me alejé de ti para mejor. Yo en aquel entonces no era una "buena opción" para ti y decidí partir... aún a pesar de todo lo que he pasado, de lo lejos que me he ido, aun sigo amándote... y no creo que pueda dejar de hacerlo... por eso te odio... y a la vez, te amo.

Nuestras miradas se cruzaron y se detuvieron fijamente... nos acercamos, al punto de sentir nuestros corazones y respiración, hasta que terminamos en un beso apasionado... Un beso que esperó años volver a darse. Un beso que bien valió la pena esperar. Un beso que nos recordaba lo que realmente sentimos en el fondo de nuestros corazones.

Siempre supe que a pesar de todo el odio que ella podía sentir, aun su pequeño y frío corazón sentía amor... un amor verdadero, ese que jamás muere...



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