martes, 12 de junio de 2018

No Hay Lugar para el Olvido - Capitulo XII


Noir Shore City... la lluvia sigue cayendo y en mi cuarto tras la oficina, el pecado y el amor se unieron para saldar una deuda con el destino. Charlotte y yo, desnudos sobre la cama, fumando y mirándonos con cara de felicidad... ambos sabíamos que nuestro destino estaba escrito en nuestros corazones, que tarde o temprano nuestros caminos nuevamente coincidirían bajo el velo de la noche de la ciudad. Estábamos ahí, juntos, aún a pesar de la terrible tormenta de mierda que se nos venía encima. 

Eramos una pareja no solo de enamorados que finalmente reconocen su mutuo e imperecedero amor. Eramos una pareja marcada por la maldición. Ambos, Angel y Demonio, reunidos en un solo punto... Charlotte se acomodó en mi pecho, vi sus ojos grandes y hermosos, mirarme como solían hacerlo, con esa ternura que me doblega como un dos, ante una escala real.

- Joe
- ¿Charlotte?
- ¿Sabes lo que acabamos de hacer?
- Si... Se llama Amor - respondí besando sus labios
- No solo es eso, Joe - dijo sonriente - No es solo eso...
- ¿Por qué lo dices? 
- Tu y yo, no estamos destinados a terminar juntos... tu elegiste y me hiciste a un lado. Por eso nuestros caminos se separaron hace un tiempo cuando decidiste partir a la guerra. 
- Lo sé
- Eramos tan inocentes cuando nos conocimos, - continuó Charlotte - casi infantiles. Pero después conocí a otras personas y cambiaron mi forma de pensar, pero aun asi mi amor por tí no murió.
- Pasó mucha agua bajo el puente, Charlotte - dije mirándola a los ojos - pero ese amor que sentí por tí, fue lo que me mantuvo vivo durante toda la guerra. Cuando volví a St. Mary, no te encontré y creí haberte perdido para siempre. ¿Como fue que conociste a Gallard?

Charlotte contó su historia

- Lo conocí en una fiesta donde me colé, con una amiga que conocía a un amigo ahi. Es un tipo atractivo, elegante, refinado y culto, casi un santo. Generoso y amable con las mujeres. Lo conocí y después de hablar un poco, me invitó a su penthouse en el hotel. Días después, me convertí en su asesora directa. me contrató para dar algunos pequeños golpes y después coaccionar a algunos para que le vendieran sus empresas. Gallard es un tipo muy leal, pero siempre pone precio a la cabeza de quien lo traiciona - continuó
- ¿Y eso que tiene que ver con nosotros... - pregunté mientras acariciaba su cara - o mejor dicho, contigo?
- Gallard es mi jefe, como te conté - continuó Charlotte - El me contrató para buscarte después de lo de Chandler, porque estaba convencido de que tu faltaste a tu parte del contrato, está seguro de que lo traicionaste. El te contrató para que dieras con Chandler, lo expusieras ante él y él se encargaría del resto.
- Como has de saber, Charlie - le interrumpí - yo no soy un asesino a sueldo. Se lo dije a ambos desde un principio. Después me puso al lado a su matón, Guido Massone, que era uno de los ex miembros de la banda de Francesco. Cuando pudimos dar con Chandler, me dijo que pagaría lo que fuera con tal de dejarlo con vida... de hecho me pagó mucho mejor que tu jefe. Fue una verdadera oferta que no podría rechazar... pobre diablo, lo mandé al sur de Asia para que no regresara y volvió solo para morirse.
- Entonces, decidiste engañar a mi jefe para salvarlo...
- El tipo estaba pedido por todos lados,  - continué - todos querían su cabeza. Era un irresponsable, nunca medía las consecuencias de sus actos. Vio más de lo que podría haber tenido en toda su vida y prefirió mascar mas de lo que pudo tragar. Era a fin de cuentas un hombre muerto caminando.
- Es lo mismo que te pasará a ti,  - Advirtió Charlotte - si nos llega a ver acá.
- Yo no temo... - respondí riendo - he visto a la muerte muchas veces en mi vida y esta no sería la excepcion.

Encendí otro cigarrillo cuando sentí unas pisadas... del otro lado, unos asesinos a sueldo entraban al departamento y se colocaron del otro lado de la pared...

En ese momento, nos lanzamos bajo la cama y una lluvia de balas atravesó las paredes del lugar. El ruido de las ametralladoras y pistolas era infernal, me recordó la guerra... Charlotte temblaba de miedo,  pero aun así logramos avanzar hasta el baño, en donde las paredes eran de cemento y bastante gruesas... en ese momento recordé que bajo el lavamanos, tenía un par de granadas que me traje del ejercito y por fortuna, estaban operativas. Las saqué y las lancé hacia la oficina y una horrenda explosión nos aturdió a los dos. Cuando logramos salir, medianamente vestidos, vimos un dantesco espectáculo... las caras de los matones desfiguradas por la metralla, me recordó las caras de los soldados enemigos en las trincheras de la Europa del Oeste mientras avanzábamos, hacia la salida... Antes de irnos, a ella tuve que prestarle unas ropas que dejó Alma en su closet para sacarla de lo que quedaba de mi despacho... aproveché de juntar algo de armas y munición para después bajar al garage donde tenía mi auto (que no lo había sacado en semanas desde que empezó la investigación) y una vez arriba, comenzó una carrera loca hacia los límites de la ciudad.

Se dice que Gallard llegó después a ver el lugar y se enfureció al ver a sus matones destrozados por la metralla de las granadas y sin sus armas. Yo aceleré a toda velocidad hasta llegar a una gasolinera a unos kilómetros fuera de la ciudad. Miré a Charlotte y ella lloraba, temblaba de miedo cuando le tomé las manos.

- Joe
- Dime
- No me dejes, por favor
- No lo haré, Charlotte - le respondí mientras la abrazaba - no lo haré.

miércoles, 6 de junio de 2018

No Hay Lugar para el Olvido - Capitulo XI


Necesitaba pensar en algo más... Algo no cuadraba con este puzzle... Charlotte seguía dando vueltas en mi cabeza mientras buscaba en los archivadores que sobrevivieron al desastre. Charlotte, Charlotte, Charlotte... ¿que demonios tramas?.

Me eché otro trago, cerré la puerta y me eché a dormir un rato... los ojos cerrados y la radio que a pesar de que estaba rota, seguía sonando... Jazz... el sonido relajante del Jazz mezclado con la lluvia que comenzó a caer sobre la ciudad... cuando de pronto, la puerta se abrió de golpe, me desperté de repente y lo primero que agarré fue mi .45 y disparé... 

- ¡Señor Joe! - exclamó
- ¿Señora Greenstreet?
- ¡Dios mío, por poco y me mata! - respondió mientras se acercaba a mi escritorio - ¿Otra vez borracho? Por el amor de Dios, deje ese vicio que lo está matando
- Hay algo más que me está matando, Señora Greenstreet - dije mientras llenaba el vaso -  este vaso de licor es inofensivo al lado de eso.
- Señor Joe - dijo Greenstreet mientras me quitaba el vaso y la botella - usted no aprende. Creo que ya hablamos de eso en más de alguna ocasión. Ella no va a volver por usted. si ella lo dejó, tuvo sus razones para hacerlo... 
- No lo digo por Alma, Señora Greenstreet - dije casi llorando - o por ninguna otra de las mujeres que han pasado por esa puerta...
- ¿Lo dice por la chica de la otra vez? - preguntó con tono curioso - le escuche su nombre mientras dormía ... Charlotte
- Ella, precisamente

La Sra. Greenstreet, aparte de ser la dueña y administradora del único edificio decente en toda la cuadra de Lemon Lake Street, ha sido una muy buena amiga y confidente. En los años que llevo viviendo en ese apartamento, ella me ha llevado la vida entera: Sabe quien entra, quien sale, con quien salgo, con quien no y un largo etcétera. Confío en ella y muchas veces tiene la razón, así que decidí contarle mi parte de la historia...

- Creo que Ud. debe enfrentar de una buena vez sus demonios - me aconsejó antes de irse - o se los come, o ellos se lo comen a Ud. 

Había pasado unos momentos cuando Charlotte llegó a mi puerta. En su mano, portaba una S&W .38 special de 5 tiros. Sus ojos brillaban, pero su mano temblaba. Ella venía por mí, dispuesta a todo, iba con la clara intención de sacarme la información como sea... pero su corazón le traicionó.

Cuando me enfrentó, yo también le apunté, a la cabeza, como suelo hacerlo... le apunté sin que me temblara la mano, era ella o yo. Sus ojos me miraron suplicantes, una lágrima brotó de ellos, delineando un trazo negro mientras rodaba por su cara. Finalmente bajé mi arma, tomé su mano y le permití que me apuntara justo sobre el corazón... 

Su mirada pasó del odio al espanto, el miedo y el dolor se apoderaron de ella. La mirada fría e inmisericorde pasó a una de tristeza, el conflicto en su interior era demasiado fuerte, que al final la hizo desistir. Como no pudo disparar, le quité el arma de su mano temblorosa, para guardarlo en mi abrigo, no sin antes quitarle la munición y arrojarla al papelero unos metros más allá.
- Joe
- Charlotte
- No puedo lidiar con esto - dijo llorando - ¡No puedo hacerlo!
- ¿A que viniste realmente? - le pregunté
- Joe, vine a matarte - dijo Charlotte - no es nada personal... solo negocios.
- ¿Gallard te ordenó?
- Si... - continuó secandose las lágrimas
- Maldito bastardo - dije - el muy maldito no quiere ensuciarse las manos así que manda a alguien como tú para hacerlo ¿verdad?
- pero no quiero hacerlo - continuó - algo en mí me dice eso
- Lo sé, Charlotte... lo sé - dije mientras mi mano se posaba suavemente en su hombro. Despues la abracé, mientras me miraba con sus ojos llenos de lágrimas acentuando ese brillo en ellos. Estaba demacrada y con una señal de que no durmió en días. 

- ¡Te odio, Joe! - me decía mientras me golpeaba el pecho - ¿Por qué rayos te amé tanto? ¿Por qué rayos te amo ahora?
- El sentimiento es mutuo, Charlotte - le respondí mientras le tomaba la cara con mis manos - Ha pasado mucho tiempo desde aquél día en St. Mary's y... me alejé de ti para mejor. Yo en aquel entonces no era una "buena opción" para ti y decidí partir... aún a pesar de todo lo que he pasado, de lo lejos que me he ido, aun sigo amándote... y no creo que pueda dejar de hacerlo... por eso te odio... y a la vez, te amo.

Nuestras miradas se cruzaron y se detuvieron fijamente... nos acercamos, al punto de sentir nuestros corazones y respiración, hasta que terminamos en un beso apasionado... Un beso que esperó años volver a darse. Un beso que bien valió la pena esperar. Un beso que nos recordaba lo que realmente sentimos en el fondo de nuestros corazones.

Siempre supe que a pesar de todo el odio que ella podía sentir, aun su pequeño y frío corazón sentía amor... un amor verdadero, ese que jamás muere...



martes, 5 de junio de 2018

No Hay Lugar para el Olvido - Capitulo X


Finalmente, arruinado. Toda una investigación arruinada por ese viejo amor que nunca murió... Eso pasa cuando dejas que el corazón sea el que tome las decisiones y no tu cabeza, como debí haberlo hecho siempre... odio cuando me pasa eso... pero me pasa. La ultima vez, vi a mi amada caer al suelo con dos tiros en el pecho y el maldito huía de entre la gente. Esa imagen vuelve a mi cabeza una y otra vez... 

Caminar por el parque central, con una botella de licor en el cuerpo y sin más alimento que un sándwich en el café de Maurice, veía como iba perdiendo la noción de lo que estaba haciendo. Dandole vueltas al tema me preguntaba ¿en qué momento esas muertes me guiaron hasta dar con este tremendo fraude...? Atando los cabos, conectando las piezas del rompecabezas, nombres, direcciones, patrimonio... Todo está ligado, conectado, enlazado... pero ¿con qué o con quién?

Me senté en una de las bancas, mareado no solo por el alcohol, sino que por el mar de informacion que procesaba mi cabeza, mas el remodimiento de no haber resuelto las cosas como se me había pedido, mientras la niebla caía en la noche más fría de ese invierno. Tomé un respiro y decidí parar.

Recordaba mis días en St. Mary, cuando era algo más feliz. Sin más preocupaciones que estudiar y salir de la secundaria... cuando de pronto estalló la guerra y me enlisté. durante esos años desaparecí de la vista de muchos de mis amigos... cuando volví, nadie me reconocía y solo unos pocos, como Frank, Erick, Roger, Drake (como el pirata) lograron reconocerme y devolverme a la normalidad... de Charlotte, uh... Charlotte. El amor de mi vida, me dio la espalda y me envió al olvido para no verla más...  hasta hace poco, cuando llegó a la ciudad.

Me sentí mareado por unos momentos... y es en esos momentos cuando el cerebro trabaja de manera más fina... me levanté violentamente de la banca, trastabillé unos instantes y después volví a mi despacho... cuando llegué estaba todo destrozado, rompieron los cajones, botaron los armarios, destruyeron todo... lo único que se salvó fue la botella de reserva de licor que guardé en el compartimiento secreto del escritorio, que me hizo Erick como parte del pago por un trabajo que hice... Pensé que ya se habían llevado todo, hasta que revisé mis bolsillos y en uno de ellos estaba el sobre con los datos de la cuenta que Valery tenía en el Banco. Respiré tranquilo e hice una llamada a un contacto que tengo al interior de este. Descubrí que la cuenta que tenía Valery era un pequeño capital, más las ganancias obtenidas de las acciones que Chandler le traspasó a ella, sin darse cuenta.

Louie Chandler era un hijo de puta estafador, corrupto y turbio despues de todo. Aunque quiso para sí mascar mas de lo que podía tragar, haciendo uso de los vacíos legales del sistema, demostró que si bien era ambicioso, no era un avaro. Antes de huir, se preocupó de asegurar el futuro de su esposa en caso de que este pagara el precio de su osadía final. 

Comencé a ordenar y clasificar las carpetas con la investigación cuando empecé a leer todo otra vez... Me senté, me eché otro trago, encendí un cigarrillo y de pronto todo empezó a tener sentido... las damas de sociedad todas eran casadas con prominentes empresarios y personajes de esta ciudad, dueños de grandes extensiones de tierra, avaluadas en millones de dolares, así como también dueños de empresas de transportes que competían con los ferrocarriles. Gallard tenía interés en muchas de estas propiedades por las cuales correría una linea de tren hacia la costa oeste, así como también interés en las empresas de ferrocarriles que fue adquiriendo a precio costo y barrer con la competencia, el resto de la logistica, sería pan comido. Por otro lado, Louie quería estafar al banco, era un plan que tenía dando vueltas en la cabeza. Pensó el plan muchas veces, eso si no lo discutía con nadie. Hasta que elaboró el plan perfecto, pero para que fuera totalmente perfecto y no salir dañado, necesitaba de un "palo blanco", un tonto útil, para hacer que pague por ello. Louie encontró en Gallard, al tonto útil perfecto. Gallard necesitaba salvar la compañía, Chandler quería hacer la estafa maestra y huir. Pero todo acción tiene su reacción y lamentablemente esta reacción comenzó a afectar a todos. Estos crimenes, las tomas hostiles, la extorsion y estos "pequeños bocados" terminaban siempre en las fauces de un solo tiburón.

Mierda... todo apunta a un solo hombre... Gallard. Todo termina en Gallard... Gallard quería vengarse de Chandler y recuperar lo perdido, pero el dinero y las propiedades ya no estaban en su poder. Un tipo estafado por el más habil timador que trabajaba para un banco... LO SABÍA!

En una de las carpetas, encontré un prospecto bastante interesante. El proyecto era enorme, prometedor, ofreciendo casi el cielo en la tierra. Pero al leer los estados de cuenta de la compañía, esta no tenia el dinero suficiente para costearlo, segun su ultimo balance, ya que Gallard se dedicó a solo comprarlas y jamás se ocupó en mantenerlas funcionando. Gallard necesitaba mucho, pero mucho dinero y tenía poco tiempo. Iba a perder la licitación que se había ganado corrompiendo a funcionarios del gobierno e iría a quedar al descubierto... y yo que creía que estaba caminando sobre hielo delgado... Gallard tenía mucho que ver en las muertes... pero ¿que tenía que ver Charlotte en todo esto? ¿cual era su parte en todo este plan? ¿por qué el interés en Valery... o en la información del sobre que tengo en mi poder?

lunes, 4 de junio de 2018

No Hay Lugar para el Olvido - Capitulo IX

Valery se sentó sobre la silla mientras Frank, traía unas copas. Yo con otra bolsa de hielo en la cara y pensando como rayos terminó todo esto. Valery sollozaba, pero no por haber perdido a Chandler, ese era el menor de los problemas...


- Joe - dijo Valery - ¿Como pudiste hacerme esto?
- Louie apareció sin aviso previo - respondí - Se suponía que no debería haber regresado nunca más
- Joe - continuó Valery - todos estos años me ocultaste la verdad, yo la muy tonta llevandole flores a un cadaver que no era el de mi ex esposo..
- El pagó más que Gallard - dije - Tenía que sacarlo del país antes de que alguien fuera por él y supiera lo de la estafa. por eso no lo maté, eso es un hecho. Le salvé la vida
- Le salvaste la vida - dijo Valery cuando de pronto se sacó violentamente la blusa y el brassiere para mostrarme las heridas que recibió por culpa de Chandler - Gallard estuvo en mi despacho y junto con el, mi mejor amiga... Charlotte... ¿Por qué no me dijiste que ella estaba aquí en la ciudad?

"Piensa mal y acertarás"... y acerté. Charlotte junto con Gallard fueron a hablar con Valery a su local de belleza en el centro de la ciudad. Chandler les habría dicho sobre el dinero...

- ¡Mierda! - exclamé llevándome las manos a la cabeza - no lo dije para que ni ella ni tu se vieran.
- Joe - interrumpió Valery - La amas todavía... ¿verdad?

Suspiré, bajé la cabeza un poco, la moví y al final admití que aún la seguía amando. Ella era mi debilidad, mi maldita kryptonita, mucho más fuerte que el whisky, mucho más poderosa que el tabaco o la vida nocturna de Noir Shore City. No importa cuanto tiempo estuvimos separados, ella seguía ejerciendo un cierto poder sobre mí y siempre termina jodiendome.

- Joe - interrumpió Frank - ¿Estas consciente de lo que tu buena acción nos trajo, amigo?
- Lo estoy - respondí moviendo la cabeza - solo que no sé en que rayos pensé cuando la recibí
- Faltaste a tu contrato, Joe - dijo Valery mientras se volvía a colocar el brassiere y la blusa - Te pagué para que investigaras unas muertes y tu no estabas haciendo tu trabajo.
- Estaba en eso, Valery - respondí - cuando dí con algo peor... y tu todavía me debes muchas respuestas... 
- Debiste contarme - dijo Valery - Debiste haberme advertido sobre Charlotte... ¿podré confiar en ti, la próxima vez que requiera de tus servicios?
- Hora de irnos - dijo Frank mientras tomaba del brazo a Valery - no es seguro por el momento.

Ambos se fueron del despacho, recibí unas palmadas en la espalda por parte de Frank, como dándome ánimos para seguir.

- Hablamos después, Joe
- Ok, Frank. Hasta luego.

Me quedé otra vez solo en la oficina, mirando por la ventana, preguntándome en que lio me metí esta vez. Nunca me había sentido tan solo... ni en mis peores temporadas he estado tan solo como ahora. Me devolví a mi escritorio, saqué una botella de whisky, un par de hielos de la bolsa y me puse a tomar, al punto de quedar borracho. Entré en un sueño muy raro... y Charlotte estaba en el... la sentí tan real que podía hasta tocarla. Cuando desperté, su aroma aún se podía percibir en el ambiente... pero en realidad ella no estaba allí.


No Hay Lugar para el Olvido - Capitulo VIII


Al llegar al Carousel, encontré que este estaba clausurado. Una orden judicial estaba pegada en la puerta y encadenada con un candado de esos duros que solo podrías romper con dinamita. Kathy "Dirty Angel" estaba afuera del local , tiritando de frío. Me acerqué y le pasé mi abrigo para cubrirla.

- Joe, querido - dijo - gracias
- ¿Qué pasó con el local?
- Lo clausuraron y nos despidieron a todos - continuó - Un Juez de no se donde ordenó el cierre, sin razon alguna...
- ¿Ya? - dije mirándola a los ojos y luego la invité al café de enfrente

Luego de sentarnos y tomar el café, mi mirada se posó en los ojos de "Angel". Estaba triste y preocupada. No sabía que hacer para poder pagar la renta de su departamento y seguir con su vida aquí en la ciudad. Ella me volvió a contar su historia. Llegó a la ciudad desde St. Mary como estudiante de pedagogía, se quedó sin dinero y comenzó a trabajar como corista para pagarse los estudios. El mundo nocturno la absorbió hasta hacerle olvidar que aun seguía estudiando. Ahí  recordé como nuestros caminos se cruzaron después de un largo tiempo alejados.

Nos encontramos un día en que uno de los asistentes al Carousel quiso propasarse con ella. Terminó en el hospital con todos los huesos rotos y una marca en la cara. Nunca más regresó. Desde ese entonces que decidí protegerla pero jamás interferir en su vida. No porque no fuera mi tipo, sino que tenía la certeza de que ella merece algo mejor que yo. No podía estar con alguien que tiene temporadas buenas y malas, no era una buena opción aunque sinceramente, siempre la quise como mi secretaria personal, hasta que llegó Alma, que mejor sabe de mis peleas y problemas internos.

Nos pusimos a reír un poco, tomar con algo de humor la situación, mientras el wurlitzer tocaba una de sus canciones favoritas. De pronto vi entrar a 2 sujetos al café. Nada en particular hasta que mi mirada se posó en el sujeto que estaba dos mesas atrás, junto con los otros dos que llegaron después. No tardé en reconocer a Di Lorenzo con un par de sus guardaespaldas. Se notaba nerviosismo en sus caras cuando me acerqué. Di Lorenzo se levantó y me dijo

- Sea lo que fuere, la respuesta es un no
- ¿Incluso si es un mensaje para tu jefe? - le pregunté
- Ah, eres Joe... ¿el perro faldero de Francesco, verdad?
- Di Lorenzo - contesté - Dile a tu jefe que...
- ¡Mi Jefe no tiene nada que hablar con el tuyo! - exclamó y me empujó - Ahora piérdete

En el ejército me enseñaron que "una misión dada, es una misión que debe ser cumplida", y esta máxima me ha traído bastantes problemas cuando la he aplicado. Pero esta vez si no la cumplía, sería un gran error. Me acerqué nuevamente a la mesa, se pararon los dos gorilas y me intentaron golpear, sin éxito. Antes que desenfundaran sus armas, ya les había disparado en las rodillas mientras Di Lorenzo se paraba asustado... me acerqué y le apunté con la mía, aun humeante y con 3 tiros en el cargador...

- Dile a tu jefe, que Francesco quiere verle - le dije apuntando hacia la cabeza - El día y la hora lo sabrá a su momento. Ahora me iré y no quiero a ninguna de tus noviecitas rondando cerca de mi... ¿oíste?

Di Lorenzo asintió con la cabeza, la cara de triunfador dio paso a una cara de espanto, como si hubiera visto a la misma muerte. Me alejé del local, llevando del brazo a Kathy hasta mi despacho. Después de conversar con ella, nos abrazamos. Ella era una chica de buen corazón y no era para un lugar como esta ciudad. Le dí un ticket de regreso a St. Mary en el Tren de las 10:00 PM y algo de dinero para que tuviera donde empezar. Me dio las gracias, seguido de un abrazo apretado y abordó el taxi hasta la estación.

Volví a mi despacho, aun con dolor en las costillas por la paliza del dia anterior, pero soportándola estoicamente. Al llegar, Valery, Frank y Erick estaban en mi despacho.

- Joe - dijo Valery
- ¿Que rayos hacen ustedes aquí?
Valery se acercó y me dio una cachetada
- ¡Maldito traidor!
- ¿Que mierda te traes conmigo? - pregunté mientras me llevaba la mano a la cara
- ¡Me mentiste, pedazo de mierda!
- ¿Qué?
Valery me mostró un periódico donde en primera plana aparecía la noticia de un cadáver en el río. Al ver la fotografía quedé helado de una... el titular era el mismo de todos los días, pero la fotografía fue lo que enfureció a Valery: el cadáver resultó ser de Louie Chandler.

No Hay Lugar para el Olvido - Capitulo VII


Ya un poco más repuesto, aun con las evidentes lesiones en mi cara, por los golpes, empecé a escuchar la versión de Francesco de su historia con Gallard.

La compañia de Gallard así como habia crecido, estaba siendo dificil de mantener, el monopolio del contrabando no estaba prosperando como esperaba, ya que otros se dedicaron a sabotearla, como tambien el robo interno hacía mella en los ingresos, al punto de que no tenia dinero suficiente para mantener el imperio. Para eso, comenzó a apostar el poco capital que tenia. Tuvo rachas de buena suerte algunas veces, pero su ambición y la necesidad de recuperar el dinero hizo que terminara perdiendolo todo. Con el paso del tiempo, había acumulado tantas deudas de juego que se vio acorralado al no poder pagar. Para eso, estuvo a punto de empeñar la compañía para poder pagarlas y seguir funcionando. 

¿Cual era la relacion con Louie? 

Bueno, Louie era gerente del primer banco nacional y amigo de apuestas de Gallard. A raiz de esa amistad, vió en Louie una manera de conseguir dinero rápido, usando a la compañía como prenda. En una de las tantas noches de juego, Gallard conversó con Louie sobre economía y al saber que éste trabajaba en un banco, le preguntó sobre la posibilidad de conseguir dinero de un banco importante. Un préstamo bajo "condiciones especiales" en las que todos saldrían beneficiados. Como el padre, ya medio moribundo, le había cedido el control casi total de la compañía, tenía que salir de esta situación de algún modo. Louie le explicó a Gallard como lo hizo otro de sus clientes y que ahora goza de ese dinero en alguna parte de Europa. Al final se pusieron de acuerdo para lograr hacer esta estafa usando los vacíos legales sobre el tema.

Finalmente, Gallard, se habia coludido con Louie para dar el golpe, estafar al banco y así conseguir el dinero que le permitiría salvar la compañia. Aún así, tuvo que dejarla como prenda al Banco en caso de que Gallard no pagase el préstamo. Como era de esperarse, Gallard no pagó. El Banco aunque hizo valer la condición y con esto podría controlar la compañía de trenes, tampoco podía hacerlo gracias a las triquiñuelas legales que sabía bien Louie y las usó en su propio beneficio. Ni Gallard ni el Banco tenían las acciones para reclamarlas, sino que Chandler, que ya las había inscrito a su nombre y durante un tiempo amasó una gran fortuna vendiendolas y comprándolas. 

Gallard estaba de una pieza, sin pan ni pedazo. Perdería la compañía definitivamente. Ahi es donde entró Francesco, que no queria perderse la oportunidad de agarrar algo de esa transacción. Gallard acudió a Francesco y desesperado, le pidió un dinero. Francesco le ofreció comprarle la compañía, pero  éste se negó. A fin de cuentas, Francesco organizó el asalto al Primer Banco Nacional. Fue uno grande en el cual participó Gallard y sus matones, con el propósito de recibir la mitad del botín, pero tenía otros planes. La noche del atraco, ambos se juntaron, pero Gallard les tendió una trampa. Compró a algunos matones de Francesco y entre todos aniquilaron al padre de Francesco, Sergio, y a varios de sus secuaces. Con la banda diezmada, Francesco escapó y nunca más se le vió por estos lados... hasta ahora.

- Tutto ciò che voglio è la vendetta, amico Joe - continuó Francesco - il bastardo ha ucciso mio padre, i miei amici e mi ha lasciato senza niente. Quiero que ese bastardo pague per su a traicione, giro vendicare la sua morte y lo haré cueste lo que cueste, caro amico!
- Entiendo tu rabia - interrumpí 

Francesco posó su mano sobre mi hombro, como siempre, cuando quiere que tu trabajes para él. Es el equivalente al rey cuando te nombra caballero y te encomienda una mision.

- Amico Joe - dijo - quiero pedirte un piccolo favore.
- ¿cual es la pega?
- Quiero que te reúnas con su mano derecha, Nicco DiLorenzo, en el Carousel
- ¿Y que rayos le digo?
- Dile, que Rolando Francesco, il Capo di Costa Nera, quiere parlare con él

Finalmente, Francesco y sus matones salieron de mi despacho y me quedé solo un momento... Fue cuando sonó el telefono y contesté. Una voz dulzona y sensual me habló desde el otro lado de la línea:

- Joe...
- ¿Charlotte?
-  Adivinaste
- ¿Que demonios quieres?
- Supe que estuviste con mi jefe, Sebastian - respondió - Lamento el trato que te dió, pero debes saber que el no sabe como tratar a las personas... yo si.
- ¿Dime que quieres?
- Podríamos reunirnos en el Ritz, para conversar... 
- ¿Sobre qué?
- No hablaremos de los viejos tiempos, sino que de una información que vale mucho dinero y sé que está en tu poder.
- Ni idea a que te refieres... - colgué. Presentí que Charlotte dio finalmente con Valery y quizás, ella le dijo que yo tenía los datos de la cuenta y donde los tenía.

Dispuesto a no caer en la tentación de entregarle los datos de la cuenta de Valery, saqué el sobre con los datos, los metí en mi bolsillo y salí. Decidí reunirme con Di Lorenzo en el Carousel, como había acordado con Francesco. Caia la noche en la ciudad y mientras deambulaba por el parque que bordeaba el río, en mi mente comenzó a sonar la voz de Charlotte, que no cesaba de pedirme que la fuera a visitar al Ritz. Junto con ello, los recuerdos de esos tiempos, que ella y yo pudimos ser algo más que un par de personas que se encontraron en un lugar, sueños e ilusiones, hasta que se rompió mi corazón. Me detuve un poco en una banca, saqué una petaca con licor y me eché un trago. Cerré la botella y enfilé hacia el Carousel.


No Hay Lugar para el Olvido - Capitulo VI



Gallard y sus matones (comprados por éste para que ejecutaran a Sidney) nos interceptaron en la entrada de mi oficina. A empujones y apuntando sus armas nos hicieron entrar a mi despacho... Chandler solo me miraba aterrado, yo con el ceño fruncido y mi mano inquieta buscando mi arma, sabiendo que de esta iba a salir peor...

- Louie - dijo Gallard - ¿que dirá tu ex esposa ahora que sabrá que no estas muerto?
- Sebastian - dijo Chandler doblado como un dos ante una escala real - puedo explicarlo
- Ese paquete accionario que compraste... ¡CON MI DINERO!
- Ese paquete accionario, - replicó Chandler - te permitió el préstamo que iba a salvar la compañía que tu estabas mandando a la quiebra y de paso la ira de tu padre
- No metas a mi padre en esto
- Sebastian - interrumpió Chandler - Tu padre sabía que estabas usando la compañía para tus gastos personales y no estaba de acuerdo con tus "métodos"

Sebastian lo interrumpe con un puñetazo en el estómago. En ese momento de descuido desenfundé mi arma y disparé eliminando a dos de los matones de Gallard. Agarré a Chandler y bajamos por las escaleras de emergencia que daban al callejón... cuando llegamos casi a abordar el auto, nos interceptaron nuevamente... era la hora de la golpiza.

Nos llevaron a una bodega subterránea ubicada en una granja fuera de la ciudad. Allí nos amarraron a unas sillas y comenzaron a interrogarnos. Primero a Chandler que no resistió la paliza que le puso uno de sus matones: Paul "Big Nose" Alphonse. Terminó tirado en el suelo. Después me tocó a mi... de mano del mismo Gallard.

- Joe - comenzó Gallard - ¡Finalmente te encuentro, sabandija!
- No te tardaste mucho... - respondí sarcásticamente - ¿te quedaste pegado en la zona franca acaso?
- Tu y tu humor sin gracia - continuó - Finalmente doy contigo después de unos cuantos años. Sabes bien que necesito respuestas y las necesito ahora... para empezar ¿porqué dejaste ir a Chandler?
- El me pagó mas que tú, idiota - le respondí sonriendo.

Gallard me dió su mejor puñetazo en la cara. Por cada vez que Gallard me golpeaba, menos le contestaba...
- Golpeas como toda una perra, Gallard - le dije antes de que este me noqueara.

Lo que pasó después, no recuerdo nada. Pero de algún modo desperté en mi despacho con un dolor de cabeza tal que tenía la impresión de que mi cerebro era dos tallas mas grandes que mi cráneo. Como pude me levanté y fui al refrigerador por una bolsa de hielo. Estaba en eso cuando, por fortuna o por desgracia, sentí que alguien con acento italiano sureño hablaba en la entrada.  Apenas salí, me encontré con la Sra. Greenstreet y unos mafiosos. Uno de ellos se adelantó y se me acercó hablándome en italiano.

- Joe McDraken, caro amico. cosa diavolo ti è successo? - Exclamó - Parece que hubieras salido de un garito en Milano, non ricordi?
- Uh? - respondí llevandome la bolsa con hielo a la cabeza - ¿y tu?

Rolando Francesco, conocido como "Il Capo di Milano", era un mafioso de poca monta en su Lombardía natal hasta que llegó a la ciudad a establecerse con su grupo de leales, en el negocio del contrabando. Desde autos de lujo iltalianos, muchos de ellos armados en el muelle de Antonietta que era de su propiedad, hasta armas, pasando por drogas, licor y mujeres desde Rusia, Medio Oriente y Sudamérica. Era de esos mafiosos importados, que aun a pesar de lo vil y terrible de su "linea de negocios", como suele llamarle, son de esos con moral y respeto, al punto de que podías confiar ciegamente en él, pero si le fallabas, firmabas tu sentencia de muerte. 

A Rolando lo conocí en Milan, cuando nos establecimos en Sigonella, Italia y yo era parte de la Policia Militar. Lo pillamos mientras vendía bajo cuerda licor a las tropas, pero al final igual nos convenció, asi que como conseguia buen licor, nos apartaba unas botellas a nosotros. Después, se vino conmigo como polizón, haciendolo pasar como prisionero de guerra y estuvo en la base hasta cuando volví a St. Mary.  Un día se fugó y desapareció por un tiempo. En unos meses ya tenía el control de buena parte de los garitos de mala muerte, las apuestas ilegales y el contrabando... luego se expandió a la ciudad, donde nos volvimos a encontrar. En aquel entonces hice unos trabajos para él, a cambio de información sobre un caso importante, que terminó de un modo casi trágico. A pesar de todo, Francesco siempre me ha sacado de apuros cuando he estado con el agua hasta el cuello... Y esta vez no sería la excepción. Me recosté sobre mi sillón mientras Francesco encendía un habano.

- Joe, caro amico - comenzó mientras fumaba - Apelando a nuestra larga y buena amistad, he venido para ofrecerte que trabajes para mi otra vez... ya sabes, como en los viejos tiempos.
- ¿Crees tu que estoy en condiciones de trabajar para ti, ahora, Rolando?
- Joe, a juzgar por tu aspecto y tu "situazione" - continuó mientras se paseaba por mi despacho - será una oferta que no podrás rechazar...
- Eso es lo que tu crees, pendejo -respondí
- Como has de saber, caro amico, "Questa città è mia, la controllo io". Io tengo el negocio y no quiero que nadie me la quite. é mia incluso hasta este edificio... 
- ¿Y yo que tengo que ver en todo esto?
- No te hagas el que no sabes, Joe - continuó Francesco - tu me debes mucho... 
- ¿No será al revés, Rolando? - le dije con el ceño fruncido por el dolor - De no ser por mí, estarías pudriendote en la carcel allá en Milán. Recuerda, viejo amigo, fui yo el que te sacó de ahi, yo te traje para la ciudad... me lo debes
- Te lo agradezco, caro amico. Por eso y por nostra bella amistad - me interrumpió - te pediré "un piccolo favore".
- En fin ¿que demonios quieres?
- De seguro has escuchado hablar de Sebastian Gallard ¿verdad? 
- Te escucho