Sentado en esa playa, mirando las olas y su vaiven, mi mente comenzó a viajar en el tiempo, a esos años tan felices e inocentes de mi vida, recordar a mis compañeros de curso, las historias compartidas, todo lo que me pasó en ese tan maravilloso 1994 y entre ellos, estabas tú. Tu mirada, tu voz, tu forma de actuar, tu sonrisa, recuerdos que creí olvidados, estaban ahi, tan frescos, tan vivos, tan recientes, como si todo ese año hubiese terminado ayer, despues de la graduación.
Aun recuerdo ese cuaderno que compré exclusivamente para dar rienda suelta a mi imaginación, a mis sueños e ilusiones, sin pensar que apenas te ví, se convirtió en una oda al amor que sentí por ti y que a día de hoy no ha muerto. Aun recuerdo un par de cosas que escribí y que te hicieron sentir mal, siendo que no eran para tí, sino que era una queja sobre esta broma asesina que me hizo el amor cuando me puso en el camino a ese amor de invierno que si bien tengo gratos recuerdos, no pudo borrar de mi alma tu recuerdo y tu nombre.
Recuerdos que por mucho tiempo creí que los había dejado atrás, cuando de repente se fueron al tarro de la basura gracias a mi ex cuñada que botó todo vestigio de ese año, pero estaban almacenados en mi memoria.
Pero hay heridas que duelen y esas heridas tienen tu nombre. Traté de buscar una manera de poder sacarte de mi mente y mi memoria, Por 24 años desvié mi camino y creí hacerlo bien. Te di por perdida y que jamás nos volveríamos a cruzar. Me metí en historias que no llegaron a finales felices, muchas veces creí encontrar a la mujer de mi vida y me equivoqué, otras veces terminé en el mismo lugar donde empecé. Otras... terminé como ahora: la misma playa, la misma hora, la misma situación. Llorando por algo que jamás podré resolver. Pero aún así, no conseguí sacarte de mi cabeza y de mi corazón.
Pero hay heridas que duelen y esas heridas tienen tu nombre. Traté de buscar una manera de poder sacarte de mi mente y mi memoria, Por 24 años desvié mi camino y creí hacerlo bien. Te di por perdida y que jamás nos volveríamos a cruzar. Me metí en historias que no llegaron a finales felices, muchas veces creí encontrar a la mujer de mi vida y me equivoqué, otras veces terminé en el mismo lugar donde empecé. Otras... terminé como ahora: la misma playa, la misma hora, la misma situación. Llorando por algo que jamás podré resolver. Pero aún así, no conseguí sacarte de mi cabeza y de mi corazón.
Llegado a este punto, luego de tratar de entender o buscar una explicación lógica a tu reacción, después de haber leído tus indirectas y tu nula voluntad de responderme, solo queda hacerme una pregunta:
¿Por qué sigo pensando en ti?
¿Por qué demonios tu nombre suena aun más fuerte ahora que ya se vuelve molesto y odioso?
¿Por qué demonios no dejo de pensar en ti y mencionar tu nombre mientras sueño con situaciones que jamás ocurrirán?
¿Será que aun mi corazón te ama? ¿que ese amor que siento por ti es realmente el verdadero amor que jamas muere?
¿Será eso o simplemente es esa sensación de nostalgia, por algo que ya fue y no regresará?
¿Por qué sigo pensando en ti?
¿Por qué demonios tu nombre suena aun más fuerte ahora que ya se vuelve molesto y odioso?
¿Por qué demonios no dejo de pensar en ti y mencionar tu nombre mientras sueño con situaciones que jamás ocurrirán?
¿Será que aun mi corazón te ama? ¿que ese amor que siento por ti es realmente el verdadero amor que jamas muere?
¿Será eso o simplemente es esa sensación de nostalgia, por algo que ya fue y no regresará?
En realidad, me siento como un imbécil. Un iluso amando un recuerdo, persiguiendo
fantasmas y queriendo abrir puertas que no tengo para que abrir, porque
sé que detrás de ellas, no encontraré nada para mi. Un idiota que sin
razón actúa como actúa, movido por la locura que le provoca el sentir
amor. Un soñador con la idea de que algún día recapacitarás y volveremos a vernos, aunque sea solo para hablar. Un machote de buen corazón que, aún a pesar del odio que sientas
por mi, puede ver que en tu corazón hay un poquito de amor por mi. Si así fuese, me queda claro que lo sientes, porque tan solo se odia lo querido, no se puede odiar sin haber amado primero.
Guardo ese silencio cuando hablo con mis amigos, porque es una lata hablarles de ella. Prefiero llorar en silencio, gritar en ese espacio solitario, pedirle a Dios que me la quite de la mente y el alma o que al menos me explique el porqué de todo esto, cual es su plan antes que enloquezca y termine peor.
Solo le pido a Dios, con lágrimas en los ojos, que termine mi miseria de una buena vez, me ayude a olvidarla, pero es imposible.
Guardo ese silencio cuando hablo con mis amigos, porque es una lata hablarles de ella. Prefiero llorar en silencio, gritar en ese espacio solitario, pedirle a Dios que me la quite de la mente y el alma o que al menos me explique el porqué de todo esto, cual es su plan antes que enloquezca y termine peor.
Solo le pido a Dios, con lágrimas en los ojos, que termine mi miseria de una buena vez, me ayude a olvidarla, pero es imposible.
Mientras tanto, mantengo este turno de cementerio, las olas del mar siguen con su vaivén y el viento... me trae más recuerdos tuyos avivando esta llama que quiero apagar, pero la estoy apagando con gasolina. La botella de licor ya está casi vacía y ya no me quedan cigarrillos para espantarlos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario