Hay dias en los que quiero mandar a todo el mundo a la cresta. Me tienen harto, me cansan sus problemas, indecisiones, dramas, traumas, trancas, planchas y un sinnúmero de estupideces negativas que en realidad, no hacen más que hacer el ambiente tóxico.
Suficiente tengo con mi depresión, con mis problemas y demonios internos que juegan con mi raciocinio y con mi corazón, haciéndome creer que las cosas van a cambiar si o si. Ya despaché a 3 personas que me tenían realmente hastiado con sus dramas "sin resolver". Gente así cansa.
Todo lo que necesito es nada más que mi auto a punto, tanque lleno, un ballantines, hielo, un vaso, cigarrillos y algo para comer. la musica la tengo en el mp3 de la radio del auto... y el momento preciso para escapar sin avisar a nadie. apagar el celular, desconectarme de las redes sociales, desaparecer, por unas horas, del mundo y su basura.
Un lugar que no sea muy concurrido, ojala uno donde se pueda contemplar en su maximo esplendor una puesta de sol, mientras la musica suena en mis oidos. Un lugar donde nadie me vea ni me sienta llorar de pena y cansancio, donde pueda mandar a la mierda con un gran, potente y fuerte "JODANSE TODOS". Un lugar para pensar, meditar, recordar y disfrutar ese momento de soledad, ese momento en que eres libre de muchas cadenas.
Quiero escapar, solo... sin que nadie me siga. Que nadie sea testigo de mi llanto mientras ahogo en whisky mis penas y diluyo en humo mis lamentos. Que nadie sea testigo de mi sufrimiento. Que nadie vea ni siquiera una lágrima rodar por mi cara. Quiero maldecir a Dios y al Diablo, tenerlos a los dos de frente y darles a cada uno su mangazo en el hocico por ser tan cabrones con nuestras vidas, que su juego de ajedrez en el cual todos somos peones, ya dejó de ser lo que era.
En fin, estar solo... sin pensar en nada...
Quiero escapar, solo... sin que nadie me siga. Que nadie sea testigo de mi llanto mientras ahogo en whisky mis penas y diluyo en humo mis lamentos. Que nadie sea testigo de mi sufrimiento. Que nadie vea ni siquiera una lágrima rodar por mi cara. Quiero maldecir a Dios y al Diablo, tenerlos a los dos de frente y darles a cada uno su mangazo en el hocico por ser tan cabrones con nuestras vidas, que su juego de ajedrez en el cual todos somos peones, ya dejó de ser lo que era.
En fin, estar solo... sin pensar en nada...
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