Hay días en el que la pena me agarra y no me suelta. Mis miedos son más fuertes y a veces sobrepienso las cosas más de lo que debería. Son tantos mis problemas que al final termino aislandome de todos porque, si bien para todos tengo una sonrisa, tiendo una mano amiga (dentro de lo que puedo), se que cuando necesite de alguien, nadie vendrá por mi, nadie vendrá a ayudarme. Sé que en esta vida, buena parte de ella, he sido yo quien ha resuelto los problemas, solo, en silencio y casi sin ayuda de nadie.
Algunos días, creo que este mundo estaría mejor sin mí. Algunos días no.
Sé que tengo gente que me quiere por lo que soy, valora lo mucho que me esfuerzo, pero también sé que en algún momento voy a fallar y que en vez de sacarme del pozo, me echarán tierra como la fábula del burro que salió del pozo mientras trataban de enterrarlo.
¿Cómo sería tener una vida normal, sin tener que esconderle nada a nadie, no temerle a nadie y dejar que las cosas fluyan?
Quizás de ser así, no me sentiría tan como las weas como ahora me siento.
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