Dios:
Aquí me tienes una vez más, de rodillas ante ti, llorando y sufriendo, con el corazón hecho mierda por haber "actuado mal", pagando las consecuencias de mis errores.
Me rindo. Creí que podría resolverlo solo, como otras veces lo he hecho. He tratado de seguir tus reglas, de ir por el camino del bien, pero muchas veces tropecé y caí. Me alejé de tu mano y de tu camino y heme aquí, de vuelta a tus pies.
Acudo a ti porque no tengo a donde ir. No tengo a nadie a quien contarle toda esta pena que me come por dentro, toda esta rabia e ira contenida al ver que ya no puedo más. Que llegué a mi limite y que no hay charla motivacional que me levante.
Tengo miedo, de verdad. Tengo miedo de lo que diga mi gente, de los golpes y las agresiones, del dolor de sus palabras y actos, de ser echado a un lado por "no haber hecho lo correcto". Y es por mi culpa, por querer hacer mi vida, por tener y perseguir un sueño por cumplir. Por estar cansado de servir a los demás, aun a costa de mi propia vida.
Dios, si logras leer y escuchar esto, te lo pido de corazón y con lágrimas en los ojos, con el corazon desencajado, destrozado en mil pedazos, convertido en un monstruo que no resiste mirarse al espejo: Te NECESITO. Necesito de tu consejo, tu consuelo, tu protección, tu ayuda, tu guía y tu mano para hacer las cosas bien esta vez. Quiero encomendarte mi alma, mis manos, mi mente y mi vida, que obres en mi, conforme a tu voluntad, y que sea TU VOLUNTAD la que me guíe desde aqui, hasta donde tu dispongas.
No me dejes, Señor. No me abandones. Quiero sentir tu mano afirmando la mía, aún cuando los demás me hayan dejado solo, con todo en contra, desde el día que me concebiste, quiero seguir siendo un buen hijo tuyo, guiado por tu mano firme y tu infalible sabiduría hasta el fin de los tiempos.
No me dejes, Señor, no me abandones. En Ti Confío y en ti confiaré siempre.
Gracias Señor por leerme y escucharme.
Agradecido hasta el fin de los tiempos
Tu Hijo, José.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario