lunes, 14 de enero de 2019

La libretita de anotaciones

Era mi tesoro más preciado, me lo regaló el dueño del servicio técnico donde llevé a reparar (por garantía) mi personal Estéreo Aiwa con bass boost que me regaló mi madre para navidad del año anterior, mas un cassette de Metallica (el ...And Justice for All). Lo recuerdo bien, porque en él tenía anotado casi todo lo que hacía durante el año. Era pequeña, con caracteres japoneses muy elegante y formal (algo propio de los japos) y esa sería, junto con mi cuaderno de poemas, mi bitácora donde agendaba las fechas importantes, partiendo con mi retorno a clases hasta el cumpleaños de Carla, Vale, Francisco "Rola" Roa, y mis más cercanos. Las citas al dentista en aquel entonces las tenía caricaturizadas con un dentista sobre un taladro neumatico o las otras con un diente que resultó ser duro de sacar, con la gorra del Capitan General.

Dicha agenda también tenía marcados los días que duró mi "amor de invierno", pero en clave para que quien lo leyera no supiera que fue. Tambien tenia anotados los numeros y direcciones de mis compañeros con los cuales hacía los trabajos, las fechas que habia que presentarlos y las actividades, todo escrito en lapiz negro bic punta fina (el mejor para dibujar). Lo llevaba siempre en el bolsillo del hombro de la parka que usaba en invierno, incluso se me mojó un poco, pero no borró la informacion importante. después lo llevaba en la mochila, el bolsillo exterior.

Por desgracia, desapareció misteriosamente desde el cajón de la comoda donde guardaba la ropa.

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