lunes, 17 de octubre de 2022

Un Momento en la Vida y un recuerdo que no se fue

 Octubre 17, 2009

¿Que puedo decir hoy? ¿En qué estaba pensando esta mañana cuando me levanté de la cama? Claro, pensaba en que tenía que ir a dejar a mi hermana a su trabajo, rápido por la autopista, sin pensar en nada más que eso. Calculaba las lucas y la bencina que me quedarían cuando regresara de allá, hasta que por buscar un atajo para llegar a una bencinera, terminé pasando justo por la cuadra que me hizo retroceder en el tiempo

¿En qué estaba pensando? Regresé a esos años en los que aún creía que todo era posible.
 
Que todo era perfecto y que nada alteraría mis planes.

A esos días en que el amor (verdadero) realmente existía y que las cosas eran compartidas.

Que había entendimiento y libertad.

Que había complicidad y fortuna, en que todo estaba para ser hecho a medida de nuestras capacidades y anhelos.

Pasé por enfrente de su casa, estaba cerrada pero las ventanas abiertas. Ralenticé la marcha con tal de tener una mejor visión para verla, pero la verdad no fue así. Lentamente bajé por la calle Locarno hasta que algo hizo detenerme. Justo en un signo PARE, la vi... Era ella. Su color era distinto, tenía el cabello color cobre. De inmediato fijé la mirada en el sentido de los autos que iban de sur a norte, disimulando la mirada mientras la espina que tengo en mi corazón se clavaba fuerte. Me dolió y mucho. Estaba seria y miraba la calle con un dejo de resentimiento ¿me habrá visto? de ser así ¿me habrá reconocido? (estoy un poco mas gordo, cambié mis lentes y no me he cortado el pelo desde hace unos meses, sin mencionar la barba).

Aceleré mi marcha pero nunca tanto. Quería confirmar si era ella, hasta que un camión que iba detrás mío me tapó la visual del retrovisor y me hizo acelerar aun más la marcha...

Hasta que llegué a la esquina de esa calle con Gran Avenida. Me estacioné en la Salcobrand, bajé donde hay una panadería y pregunté por cigarrillos. No tenían y tendría que ir al kiosko de la esquina contraria. Iba a ir hasta que apareció de nuevo. Era ella. Si, era ella, la misma que dejé hace unos 3 años atrás. Me arrepentí de ir y la espina se volvió a clavar en mi corazón y me dolió mucho más. Era un dolor terrible, pero no dejaba de mirarla.

Dejó a su acompañante, que era una persona de edad y cruzó hasta el bandejón central, como si estuviera buscando algo en la vereda de enfrente. Incluso, creo que miró hacia donde estaba yo, mientras yo viraba en sentido hacia el sur.

No sé que pensarán uds., pero creo que quien leyera esto pensará "todavía la sigue amando"... la verdad no es así. 

Es un dolor distinto, es un dolor cargado de pena y resentimiento, como si yo pudiera sentir lo mismo que sintió ella. Es como si todo el dolor por haberla dejado se hubiera volcado hacia mi como un tolva bota los escombros de un amor fallido. Era el dolor de no tener los cojones suficientes para decirle que lo siento y que mi único deseo es que ella estuviera bien. Que fuera feliz, no importando lo que ello signifique y darle las gracias por los momentos vividos. Que fue lo mejor que le pudo pasar a un idiota como yo.

Si me vio y me reconoció, entenderé su resentimiento. 

Si me hubiera enfrentado, le encontraría toda la razón. 

Al menos me consuela saber que ella está bien. 

Solo le deseo lo mejor y que ella sea feliz. No me importa lo que signifique eso. 

Al menos estaré tranquilo. Ella está bien.

Nota del Archivo:

Ella era María Patricia, mi ex desde 1999 hasta el 2001, 2003-2004 y 2005-2007. A Ella le dedico estas líneas, como una forma de hacer un meaculpa de lo que hice y desearle lo mejor.

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