lunes, 10 de febrero de 2020

Solo en un mar de gente


Una de las cosas que me caracteriza es siempre vivir una vida solitaria. Caminar solitario en un mar de gente que conozco y a la vez no. Nunca entendí por qué, ni a pito de qué esta situación.

Camino por la vida cruzandome en los caminos de los demás, pero paso sin pena ni gloria, en silencio, pocas veces interactuaba con gente, me costaba hacer amistades. En muchos aspectos era retraído. Siempre mantuve esa actitud hasta que en la Media, tenía que socializar si o si. Conocí gente, traté con muchos pero solo unos pocos lograron llegar a conocerme mejor en persona.

Actualmente y con esto de las redes sociales, he logrado hacerme de amigos incluso de lugares que jamás en mi vida habría imaginado (la última es de Polonia, y es una mujer simpática), pero en el mundo real voy solo por la vida. Mi vida en si ha sido solitaria y quizás no soy el único que lo está. Todos los días trato con gente, hablo con personas, pero llego a casa y está vacía.

Mi vida es solitaria, almuerzo solo, camino solo, duermo solo, viajo solo a donde quiera. Me reuno con gente y hay veces en que todos hablan y yo permanezco en silencio, con la mente lejos de todo... y me pierdo.

Me pierdo entre mis pensamientos, en ese vacío que queda cuando se termina el show y las luces se apagan. Me pierdo en ese mundo extraño y oculto de mi cabeza, que viene a mi cuando la soledad se sienta a mi lado para preguntarme no sé que cosa.

Me muevo en un mar de gente, pasan por mi lado, casi sin tocarme, todos inmersos en sus vidas, smartphones, dramas internos, rutina. Me muevo entre la gente.

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