martes, 5 de enero de 2021

Meado de Perro, Rabia y otras yerbas

Si bien esta columna no hablará de ningún recuerdo (los que tenia se me acabaron y los otros están encriptados y ni con un algoritmo de fuerza bruta los podré desbloquear, al menos por ahora), es en parte un desahogo ya que el día de hoy me di cuenta que ya pasé el limite de la paciencia, la tolerancia y la calma, el estado zen a la chucha y los mandala, los mandé a la misma parte.

Parto por decir que de tanto maldecir el 2020, el 2021 no está siendo mejor. Mi Suzuki Alto, aka el Marine One, ya volvió a presentar una falla, un cable de bujía quemado y un golpeteo metálico me lo dejaron con diagnóstico de ida al taller y volver a sangrar mis finanzas con un mecánico medio chanta, pero lo verá un mecanico recomendado por uno de mis ex compañeros de curso, espero. Por otro lado, el banco me bloqueó la tarjeta (no sé si por error, obsolescencia o simple medida de seguridad) y por ende, no puedo sacar cash. El tramite para renovarlo es sencillo, pero con esto de la puta pandemia, las colas se han hecho eternas, para que hablar del banco express, solo una mera caja recaudadora que no resuelve ni champiñón. ¿Reclamar? ¿A quien? si el call center fue reemplazado por un servicio automatizado que no resuelve ni una mierda.

Por último, esta mañana me agarré casi del moño con una chanta. Si, una chanta de esas que hacen nata. Todo por un documento. Es la furcia de todos los meses y siempre es la misma. Tuve demasiada paciencia pero parece que es propio de las mujeres eso del "estirar el resorte a ver cuanto aguanta", pero no entienden que de tanto estirarlo, el resorte se corta y el pencazo en la cara no se lo quita nadie. Al final, terminé pidiendo hora con el locologo del personal, luego de hablar con la jefa. Lo bueno es que comparte y entiende mi posición, que no estoy errado. Una llamada y esperar cita. 

Todo esto, es nada mas que gotas en el vaso, de un gran vaso de rabia, resentimiento, furia, intolerancia y violencia que se ha ido acumulando desde el 2019, o quizás mucho antes, que se yo, pero hoy tuve un episodio de esos que hace rato no me daban y solo suman puntos en mi contra. 

Pero lo que no entiendo, es ¿por qué quienes me basurean, tratan como el pico, barren el suelo conmigo incluso me tratan de hacer ver como un inepto, no les pasa ni una weá y yo cuando respondo como corresponde o como se merecen, termino siendo el malo? ¿Acaso no puedo tomar represalias, cobrarme venganza, devolverle la olla completa de su propia sopa? ¿donde está el castigo, karma o la weá que sea para quien obra mal?

Realmente, estoy meado de perro. Empecé el año una vez más con el pie izquierdo y con una rabia tremenda, a riesgo de tener mi propio dia de furia, como el que tuvo D-Fens en la película del mismo nombre.


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