martes, 11 de junio de 2019

Una Junta muy especial


Y finalmente llegó el día. Ese día 01/06/2019, fue un día especial. Volver a ver a mis ex compañeros del Christian Garden School fue el reencontrarme con historias de mis payasadas y locuras entre 1992 - 1993, reencontrarme con grandes amistades y grandes historias.


La aventura empezó justo un 01 de junio, fecha en la cual nos juntamos en Providencia, en una sala de eventos arrendada para la ocasión. Irme de la pega a casa, prepararme y volar hacia el lugar fue toda una odisea, gracias a un "encargo de ultimo minuto" que me hizo desviarme hacia La Cisterna. Conseguido el objetivo, me trasladé recordando como llegar, con Waze como mi copiloto, radar y GPS, evitando los tacos y también una puta protesta por la cuenta publica. Idiotas, en vez de irse a carretear al Bella o al Barrio Lastarria y dejar de quejarse...

Finalmente un tramo de 5 minutos terminó en un atasco de hora y media, justo a metros del lugar. Una vez pasado el chasco, pude llegar. Cargando una bolsa con 12 cervezas Cristal cero (sin alcohol) que llevé para los conductores designados, para no caer bajo la Ley Emilia. Vislumbré a la profe Hortensia, y la seguí hasta que entró a la sala. ya estaba presente la mayoría de los asistentes a los cuales me sorprendió verlos como están ahora. A varios ya los conocía por Facebook, Vivian y René ya me habían reconocido (Vivian trabaja conmigo en el hospital, pero lo chistoso es que hace años que no nos veíamos) pero el resto les costó reconocerme, por el tema de los lentes y mis fotos de airsoft. Más alegría me dió cuando la profe que no creía que era yo, se sorprendió cuando me saqué los lentes.

Para qué hablar de Nicolas y Claudia, que nos hicieron reir a carcajadas, Pablo y Mery que nos deleitaron con un baile y nos enseñaron a bailar (yo no participé porque para bailar soy tronco), comer los pastelitos de la Naty y conversar con todos.

En resumen, fue una noche para recordar, viejos tiempos, amigos que partieron (Rodrigo aka "Murdock" QEPD) y mirarnos 25 hasta 30 años después. Conocí a algunos que, a pesar de no haber sido mis compañeros de curso, si compartíamos el mismo vínculo, teníamos el mismo nexo, esos "6° de separación", ese hilo conector, que gracias al destino, azar o simplemente coincidencia nos unió.



 

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