Diciembre, fin de año y quizás el fin de muchas cosas. Hacer una review de todo lo que me pasó este año, considero innecesario, pues hay cosas que ni siquiera tengo que recordar.
Este blog, en el cual pensé volcar todos mis recuerdos, se me funó cuando comenzó lo del estallido del lumpen y después la puta pandemia que al menos está en retirada pero dejó daños al punto de que algunos incluso no se pueden recuperar. Ahora solo escribo lo que se me viene a la mente, basado e inspirado en hechos más recientes, sacando conclusiones de lo ocurrido.
Este ha sido hasta ahora un año de mierda, en el que las cosas solo se sostenían por el empeño que yo le ponía al asunto, pero eso trajo un costo que cuesta mucho pagar. También supe quien era quien en mi vida. Solo unos pocos siguen conmigo, los que realmente valieron la pena, a quienes en algún momento, ya sea por descuido u olvido no les hablo seguido pero siempre supe que estarían ahí, a quienes me quieren por lo que soy y lo que he sido para ellos.
A otros los tuve que borrar porque eran simples baterías muertas, no encendían ni a palos y solo ocupaban espacio. Me harté de jugármela por gente que simplemente vale callampa. A esos mejor los dejé en su miseria, sin importarme (ni mucho menos soñar) si volverán o no a cruzarse mi camino. Un placer coincidir en esta vida, pero chaolin no más. tuvieron su oportunidad y se la farrearon.
Esos lindos recuerdos de mis años pasados, han sido, eso si, un bálsamo de Fierabrás, más aún tras la repentina y triste partida de mi profe jefe, María Eliana Blanca Mercado, una mujer que a pesar del poco tiempo que la tuve como profe, dejó un legado en todos y cada uno de nosotros que fuimos sus alumnos.
Quizás este 2023, sea el año en el que me tenga que dar la oportunidad de ser mejor persona, de ser mejor player, mejor líder, mejor amigo y quizás encuentre una verdadera relación con la cual finalmente pueda despegar... o quizás esté mejor así, solo. Pero sé que llegará el tiempo de ajustar cuentas con mucha gente.
2023... allá voy!